El lunes no salía ningún tren y llegaban nueve desde Italia y uno francés. Pasaríamos todo el día "hablando italiano". El primero llegó a las seis de la mañana y el último a las ocho de la tarde, lo que significó anular los actos lúdicos que teníamos previstos ya que habitualmente los lunes solíamos tener "fiesta" por la tarde.
Dedicaríamos todo el día al servicio de estación.
A las seis de la mañana ya estabamos con sillas y camillas en nuestro puesto del andén. Casi siempre los trenes suelen traer algún retraso, lo que significa largo tiempo de espera en la estación. Estas esperas a esas tempranas horas y después de una noche en la que se ha dormido muy poco, se suelen utilizar para descansar e incluso para volver a dormir..
Observesé las caritas que tiene el personal a esas horas de la madrugada. Las nuevas sillas contribuyeron al bienestar de la gente con sus mullidos asientos. Como dice la canción scout: "Verás amanecer antes que nadie lo pueda ver...", algo que se cumple inexorablemente todos los años por estas fechas.
Y fueron llegando trenes... OFTAL, UNITALSI, casi todos desde el norte de Italia. Nuestro servicio empezó con linternas, pero pronto amaneció y tuvimos un espléndido día en el que hizo hasta calor.
Durante la mañana llegaron trenes desde las seis hasta las dos y media. Entre unos y otros tuvimos bastantes tiempos de espera en los que como siempre, nos dedicamos a arreglar problemas de carácter internacional. Deberían invitarnos a las cumbres del G-20 como mínimo.
El lunes al haberse ido bastante gente del Grupo, solo disponemos de un equipo, unas quince personas, complementadas por otro equipo irlandés y otro italiano.
Acercándose el mediodía, un sopor indescriptible se adueña de la estación y comienza a hacer estragos. Aguila Vigilante y Flecha Azul son los primeros en caer...
Hay que decir que las nuevas sillas han contribuido, y mucho, a que el personal se duerma con una rapidez inusitada. Todo un invento..
Todos dormidos??? Nooooo, Nuestro amigo Alberto y la rebelde Gacelilla posaban elegantes para la prensa en los aledaños de la estación.
Castor Laborioso y Paloma Gentil se tomaron en serio lo del I+D y estudiaban la manera de transportar dos enfermos de una vez. Después de darse unos cuantos golpes contra las paredes y de casi caerse por las escaleras, decidieron dedicar más tiempo a perfeccionar el sistema y abandonaron el experimento.
Aquí estamos esperando al último tren de la mañana, la peregrinación de UNITALSI de Lombardia que traía cien enfermos y más de seiscientos peregrinos.
Sobre las 15:30 h regresamos al campamento para comer. El día era precioso con un ligero viento sur.
Como habitualmente la comida resultó exquisita. A pesar del cansancio nadie se separó de la mesa, en poco tiempo había que volver a la estación.
Lince Audaz, responsable de cafeteras, especializado en sistemas analógicos, luchaba con la supercafetera digital que hemos llevado este año. Se le ha visto todo el campamento estudiando el manual de instrucciones...
Y llegó la tarde... cansaditos y recién comidos, volvimos a ser atacados por algún extraño virus que flota en el aire de la estación. La gente caía como moscas...
Flecha Azul es un experto en esto de echar la siesta en lugares insospechados. Parece que se mete un dedo en el ojo y esto le sostiene de forma más o menos estable. Ya nos explicará.
Durante la tarde llegó Saint Etienne y varios trenes italianos. La noche se nos echó encima de nuevo, pero no perdimos la sonrisa.
Para los trabajos dentro del tren no sirven las sillas nuevas. La estrechez de los pasillos solo permite utilizar sillas de dos ruedas, que aún y todo pasan justitas. Aquí vemos a una simpática milanesa con nuestro compañero Flecha Azul.
Delfín Ingenioso no dejaba de proclamar a los cuatro vientos que a pesar de las apariencias, él es un scout serio y elegante; su pantalón corto, su cinturón reglamentario, la pañoleta de diseño...
Terminado el servicio no podíamos dejar de pasar por "nuestra oficina" en Lourdes, el Bar Le Cintra, lugar en el que la practica totalidad de los scouts que estamos en Lourdes, solemos visitar diariamente. Los propietarios del Cintra, Jean Pierre y Juliette, buenos amigos nuestros, recibieron un homenaje de Pañoletas Blancas en 1.999.
Y llegó la cena, previamente nuestro experto en vinos y delegado de Bodegas Solagüen en el Grupo, Delfín Ingenioso, nos preparó un curso de cata de vinos que estuvo muy concurrido y tuvo gran aceptación.
Delfín puso a prueba nuestro olfato y gusto con cinco botellas de vino de diferentes añadas y elaboración en una "cata a ciegas" de la que salimos bastante bien. En general la gente acertó la prueba y nuestro particular experto nos felicitó por el buen nivel alcanzado. Nuestros años de práctica nos ha costado...
Por fin se terminó el puzzle de Gacela y pudimos dormir tranquilos. El martes terminaba nuestro servicio en la estación. Solo teníamos un tren que llegaba, para no perder la costumbre, a las seis y media de la mañana...
(Continuará)
No hay comentarios:
Publicar un comentario