La noche transcurrió tranquila a pesar de los excepcionales ronquidos y otros sonidos guturales que se escuchaban en la oscuridad y que conferían un aspecto "entrañable" a nuestra casita. En previsión de otros efectos colaterales (el turbo-secapelos de Koala andaba suelto..), nadie se atrevió a salir del saco.
El Equipo "B" se portó bastante bien...
Para los sufridos lectores del blog que no conozcan el trabajo voluntario de los scouts en Lourdes, os diremos que básicamente consiste en ayudar en la estación de ferrocarril a los enfermos que viajan en peregrinación a esa ciudad francesa, tanto a la llegada como a la salida de los trenes en los que viajan. Los recibimos, les ayudamos a bajar de sus vagones o vagones-ambulancia y los trasladamos hasta el lugar de salida hacia los albergues u hospitales. Cuando regresan, los llevamos hasta su tren y los instalamos en sus asientos o camillas.
Antes de empezar el servicio pudimos ver y familiarizarnos con los nuevos carritos de cuatro ruedas para trasladar enfermos que este año estrenábamos, mucho más cómodos que los de dos ruedas que hasta entonces se utilizaban, tanto para enfermos como para los voluntarios.
El sábado es el día en el que efectúa su salida la Peregrinación francesa del Rosaire, una de las más numerosas que se desplazan a Lourdes (este octubre 30.000 peregrinos). Ese día partían catorce trenes, desde las siete y cuarto de la mañana hasta las nueve y media de la noche. Entre tren y tren las posibilidades de salir de la estación son escasas, aunque siempre se encuentra un hueco para tomar un café en un bar próximo, para dar un paseo por la estación, o para jugar con un globito a las seis de la mañana....
Clermont-Ferrand, Niza, Blois, Marsella, La Rochelle, Estrasburgo, París, Cherburgo, Brest.... poco a poco iban saliendo los trenes hacia cada ciudad gala, mientras nuestros equipos iban trasladando y situando a los enfermos y peregrinos en sus asientos o camas.
Durante la práctica totalidad del campamento el tiempo ha sido magnífico, rara vez la temperatura bajó de los 10ºC y la lluvia no hizo presencia salvo una noche para limpiar el ambiente. En esto hemos tenido mucha suerte. En ocasiones hemos realizado el servicio con lluvia y casi con nieve, lo que dificulta enormemente las operaciones.
Las difíciles y siempre complicadas maniobras con las camillas en el interior de los vagones por la estrechez de los pasillos, como en este caso, en el que son necesarias hasta seis personas para ubicar al enfermo en su cama.
Si el trabajo con camillas en los trenes normales es complicado, en los de alta velocidad (TGV) como este de París las precauciones deben extremarse.
Al mediodía y aprovechando un tiempo en el que no salían trenes, paramos para comer en la misma estación con la alegría que nos caracteriza... Nunca nos cansaremos de agradecer al Equipo de Intendencia su labor y la exquisita atención que ponen en todo lo que hacen.
Los/as de Intendencia se portaron una vez más. A las dos de la tarde y después de descansar un poco, regresamos al trabajo que terminó a las nueve y media. Nuestro campamento se encuentra en una colina próxima a Lourdes y distante de la estación unos tres kilómetros. El recorrido entre campamento y estación lo efectuamos en nuestros propios vehículos, en ocasiones apoyados por la furgoneta, como este sábado que hemos relatado.
(Continuará...)
































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